Netflix tiene un nuevo galán por el que los usuarios de las redes se vuelven locos, se trata de quien se encarga de dar vida al chef francés que tiene enamorada a la protagonista de la serie Emily in Paris.
Con el estreno de la segunda temporada, Lucas Bravo ha terminado de convertirse en todo un sex symbol y, como suele pasar en estas situaciones, él no está del todo cómodo con la atención que está recibiendo por su atractivo físico.
En una entrevista con The Times, el actor señaló: "De la noche a la mañana me he convertido en un objeto. Me ha hecho volverme mucho más consciente de mí mismo. Porque cuando piensas en esa palabra, galán o rompecorazones, y en la gente a la que se le aplica, siempre ves a una persona sana, atractiva y con músculos, y yo no soy así".
“Se siente un poco apresurado. Hay mucha atención a la calidad de mi trabajo. Pienso que ser famoso es lo peor que puede pasarte. Es solo humo. No significa nada”, declaró.
Dejó en claro que no se queja de su fama y de cómo ha ido creciendo en este último tiempo porque lo haría sonar como un malagradecido, pero si sabe que no le gusta en el estereotipo en el que lo están encasillando.
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"No se puede ser estéticamente atractivo e inteligente y una persona profunda. Antes no paraban de ofrecerme papeles como el profesor de gimnasia tonto. Es difícil romper con esa imagen. No me quejo, por supuesto, pero es una realidad", insistió.
La gran N roja ha confirmado que el programa protagonizado con Lily Collins tendrá una tercera y una cuarta temporada. Todo fue gracias que la segunda entrega se vio durante 107,6 millones de horas en su primera semana, ocupando el segundo lugar en la lista Global Top Ten de la plataforma para series en inglés, superada solo por The Witcher, que se vio durante 168 millones de horas esa semana.
