
La Plaza de España de Sevilla se convirtió en el tablao flamenco más grande e importante del mundo. Allí se llevó a cabo 'El Flamenco es Universal', rindiéndole homenaje a este género musical y volviéndose sin ninguna duda un evento icónico dentro del Santalucía Universal Music Week, de los Grammy Latinos.
El festival rindió tributo al flamenco en una noche irrepetible en la que por primera y única vez los nombres más importantes del cante, el baile y la guitarra se reunieron en un espectáculo único repleto de talento, genio y emoción. Más de 130 artistas se han reunieron y fusionaron en unas actuaciones que formarán parte de una obra audiovisual que servirá para enseñar el arte flamenco al mundo.
La voz de Rosario, la hija de la inconfundible Lola Flores, abrió la noche interpretando los clásicos de este arte declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de a Humanidad por la UNESCO. A continuación, Jesús López, Chairman y CEO de Universal Latinoamérica y Península Ibérica, fue el encargado de inaugurar la noche con un discurso que despertó el aplauso del público en varias ocasiones. Destacó que la música española dialoga en el mismo renglón que la anglosajona y que si el flamenco es universal no es algo por lo que hacer marca, sino porque es un orgullo nacional. Y a partir de ahí, el arte se abrió paso durante casi dos horas, comenzando con la voz de Doña Carmen Linares, GRAMMY Latino de Honor 2023, cantando por Granaínas.
Todo el espectáculo, con transiciones realizadas por el reconocido artista Javier de la Rosa y música compuesta para la ocasión por Paco Soto, fue una suma y sigue magistral. El fandango de Huelva estuvo representado por tres mujeres de bandera: Argentina, Sandra Carrasco y la joven promesa Ángeles Toledano, y para terminar ese bloque, qué mejor que volver a llamar a la tarima a Tomatito para tocarle a José Mercé, con la presencia de la bailaora Manuela Carrasco, apodada “la Diosa”. Y, para terminar, el reencuentro con Jerez a través de la bulería, y nadie mejor que Diego Carrasco, El Zambo, María Terremoto y Fernando Soto, entre otros muchos, para hacerlo.
El momento emotivo que dio paso al tablao que se quedó montado a cargo de Farruco y los suyos fue la entrega a toda la familia Camarón, presidida por su viuda, La Chispa, de una guitarra del Luthier artesano Manuel Rodríguez, referente de una saga que lleva tres generaciones haciendo esos instrumentos a mano.