Manuel Carrasco estuvo presentando "La Última Flecha" en el nuevo estadio Santiago Bernabéu de Madrid, un cierre de gira llamado a ser lo que fue: un acontecimiento musical sin precedentes.
Tenemos que decir que hacía meses que las entradas estaban agotadas, y la expectación nunca dejó de crecer en este tiempo. Un estadio teñido del rojo del corazón de las 65.000 almas que vibraron durante casi tres horas de show
Música, globos, pirotecnia, pulseras con luces que se encendían al unísono... No faltó de nada para una puesta en escena que se sabía única y como tal debía ser.
La noche se avecinaba con sorpresas y colaboraciones, pero nadie imagino tanto. La primera invitada fue Niña Pastori, que cantó a dúo con el onubense uno de los temas de su último disco, "Ayer noche". Poco después apareció Luis Fonsi, con el que realizó un remix de "Coquito" con "Échame la culpa", uno de los clásicos del artista puertorriqueño.
Algo parecido hicieron Carrasco y Juanes: tras interpretar juntos el tema "Ya no" se marcaron juntos un "A Dios le pido" que puso el estadio del revés.
También pasó por el escenario Malú, que junto a Manuel y un piano formaron un trío que llevó "Que nadie" a convertirse en uno de los momentos más emotivos de la noche. Y poco antes de "No dejes de soñar", sin duda uno los puntos fuertes del show, llegó su hermano de Colombia, como Carrasco lo definió a Camilo, junto al que interpretó "Salitre" y "Vida de rico".
Antes de que Manuel rematara con dos canciones que se han convertido en clásicos, "Qué bonito es querer" y "Hasta por la mañana", interpretó por primera vez en directo su nueva canción: "La reina del baile", una rumba en toda regla regada con una animada melodía de trompetas cuyo ritmo la convierte a estar llamada en uno de los éxitos más imponentes de este verano.
Y así, tras casi tres horas, Manuel lanzó "La Última Flecha" al gran corazón que presidía el centro del estadio suspendido en el aire, y todo se fue a negro. Se acabó el sueño que ha sido esta gira.