"Qué lindo volver a verlos, especialmente en este lugar", manifestó Pato Sardelli, una de las voces y guitarra principal de Airbag en la primera de sus tres fechas sold out en el Luna Park.
La pandemia de coronavirus y luego la segunda ola no le habían permitido a la banda reencontrarse con sus fans cara a cara en un sitio cerrado desde hace dos años. Durante el 2022 participaron de festivales como el Cosquín, Baradero y el Lollapalooza pero todavía adeudaban un show propio.
La primera parte del recital dio la pauta de cómo sería la noche: variada en moods, ritmos e intensidades. A pesar de que hace poco editaron "Al parecer todo ha sido una trampa", el trío musical no se ajustó únicamente a sus últimas canciones: sonaron temas de "Libertad" ("Noches de Insomnio") y "Vorágine" ("Donde vas", "Bajos Instintos"), con pogos entre el público y solos de guitarra sobre el escenario.
Si bien este es el primer concierto de los tres que dará en el mítico estadio porteño, fue la última función en ser agregada y aún así, está completamente llena. Hay banderas, chicas agitando sobre hombros ajenos y pedidos de sacar presión sobre la gente que está adelante del todo. "Un paso para atrás, por favor", pide reiteradas veces Pato.
Pero eso no le quita ritmo al show: "Sube Sube", con Guido en la voz, retoma a paso de un buen rock. "Pensamientos" y "Ganas de verte" siguen por esa línea, rockera y sólida, que mantendrán toda la noche.
"Cuando la noche llega / vamos al Luna Park" canta el menor de los Sardelli, cambiándole la letra a "Algo Personal" para el delirio de sus fans. "Todo lo que quiero está acá".
"Cicatrices" y "Cae el sol", dos de los tantos hits del grupo, ponen a todo el estadio en modo coro personal. "Como un diamante", con Guido solo sobre el escenario, hace lo mismo.
Para "Kamikaze", perteneciente al último álbum, aparece un inflable gigante de Frankestein sobre la esquina izquierda del escenario aportando esa dosis de inesperado que no podía faltar. "Relámpagos" retoma la dosis de rock.
"Somos gente de pocas palabras, muchas guitarras y muchos brindis", dijo Pato, tomando el micrófono una vez más, ahora con un vaso en la mano. "Esta noche voy a brindar con ustedes por este Luna Park que nos lo debiamos hace tiempo".
Y en pleno año del Mundial, el Estadio se pone de pie para entonar "Por Mil Noches", que lo arranca Pato con la guitarra, lo termina con la armónica, y lo cierra el público arengando "El que no salta es un inglés".
