Todos los días durante los últimos 44 años, los elefantes en Maesa han tenido enormes carruajes de madera y metal atados a sus espaldas, para transportar turistas.
Este centro de elefantes en Chiang Mai, en el norte de Tailandia, ha alterado todo su modelo de negocios como resultado de la pandemia, que ha obligado
a las empresas a cerrar y suspender viajes. Las consecuencias son favorables en este caso para los animales que obtienen su libertad.
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Buenas noticias por los elefantes pero malas para los empresarios que viven de eso. En total hay 93 campamentos en Chiang Mai, y las autoridades han dicho que 85 de ellos se enfrentan al cierre como resultado de la pandemia de coronavirus a menos que la situación mejore.
Ahora que no hay turistas que visiten el campamento, sus directores han decidido sacarles los engorrosos asientos y permitir que sus 78 elefantes vaguen libremente.
Boontha Chailert, presidenta de la Asociación de Empresas de Turismo de Chiang Mai y el Parque de Elefantes Maetaeng, dijo que cientos de otros centros de elefantes en Tailandia también se enfrentan al cierre debido a la falta de turismo.
Esperemos que todos los animales en los campamentos afectados por la pandemia sean cuidados y liberados al hábitat que pertenecen.
No solo lo vemos en Tailandia, si no en diferentes partes del mundo, donde los monos han salido a la ciudad en busca de comida, donde vemos el cambio en Venecia también. El medio ambiente se está tomando un respiro de los humanos y a la vista está que los animales son los más favorecidos. Ojalá nos replanteemos cómo deberiamos vivir una vez que termine todo.
Entre todos le hacemos frente a este virus. Quedate en casa
